Han pasado 4 meses desde que se registró el hallazgo de los restos de Wilmary Carolina Guerra Montilla, de 32 años, asesinada y enterrada en la finca “Las Palmitas”, ubicada en jurisdicción del municipio de Manatí.

La joven, oriunda de Venezuela, fue reportada como desaparecida el 18 de septiembre de 2023 y encontrada sin vida el 22 de mayo de 2025.

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A la fecha, las investigaciones para dar con el paradero de su expareja Franklin Jesús Trillos Yance, presunto responsable de su muerte, no han dado fruto, así lo aseguró Wilmer Guerra, papá de Wilmary, en entrevista con Zona Cero.

“Ya se han cumplido cuatro meses y diez días desde el momento en que se consiguieron los restos de Wilmary y no hay avances en la investigación. No han hecho nada porque ya lo que queda es la captura del individuo. No han hecho un operativo o alguna diligencia para poder ubicarlo. No se está haciendo nada, el caso está allí como si nada, como si no hubiese sucedido nada. Es bastante lamentable porque la justicia es un poco clasista en el sentido de que en la medida que tú seas un adinerado, en esa misma medida la justicia va a proceder con urgencia y con prontitud”, señaló Wilmer.

En sus declaraciones, advirtió que la orden de captura contra Franklin vence a finales de este mes de octubre y que debe renovarse para que quede vigente y  en un momento determinado pueda ser detenido. 

El padre de la víctima recordó que desde un inicio él mismo entregó a la Fiscalía pruebas contra Franklin Jesús Trillo Yance, expareja de Wilmary, a quien la joven había denunciado por amenazas.

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 “Yo le entregué a la Fiscalía suficientes evidencias y yo señalé a un individuo porque ya ese individuo le había hecho amenaza a mi hija. Yo le entregué evidencia de la amenaza que él le había hecho tanto por mensaje de voz como por Facebook, y había también testimonios de personas que fueron a atestiguar donde indicaban que efectivamente el hombre la maltrataba”, explicó. 

Según Wilmer Guerra, las primeras diligencias no se hicieron a tiempo, entre ellas que las autoridades nunca citaron a Franklin para que rindiera una declaración. 

“Yo desde un inicio estuve presionando para que se hicieran búsquedas selectivas en bases de datos, porque yo ya tenía una persona señalada. Pero nunca lo hicieron, y así se fue perdiendo tiempo valioso”, aseguró. 

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La investigación pasó por varios fiscales sin avances significativos, según declaró el papá de Wilmary. Sin embargo, cuando el caso llegó a manos del fiscal Diego Araujo, se retomaron “diligencias clave". 

“Gracias a Dios llegó el doctor Diego Araujo, un investigador que le metió pecho al caso. Cuando él lo agarró, me dijo que iba a empezar de cero porque prácticamente no había absolutamente nada. El caso de mi hija, ni siquiera la buscaron en una esquina, no verificaron cámaras y ya el tiempo, cuando el doctor Diego agarró el caso, ya el tiempo había pasado para las verificaciones de cámaras. Yo le decía a uno de los fiscales que con las evidencias que teníamos, con todo lo que sabíamos por qué no dictaban una medida de captura contra ese individuo o por lo menos lo ubicarán para que él diera su versión”, relató.

En medio de las indagaciones que inició el nuevo fiscal, las autoridades lograron ubicar al hermano de Franklin Jesús Trillos Yance, el cual fue pieza clave para ubicar 20 meses después el cuerpo de Wilmary. 

“Después de todas las investigaciones que se hicieron y que hice yo personalmente, se dio con la captura del hermano de Franklin, Gleimer David Trillos Yance, quien era el administrador de la finca para el momento en que Franklin llevó a mi hija para allá. Consiguieron al muchacho muy tranquilo, relajado en su casa. Todo el tiempo negó los acontecimientos, empezaron a presionarlo y a negociar con él. El investigador le decía que lo que quería era que le entregara el cuerpo, que se sabía que él había estado allí porque él era administrador de la finca”, precisó el papá de Wilmary. 

“Ese hombre llevó a las autoridades al sitio exacto. Sabía hasta la profundidad en la que habían enterrado a mi hija”, agregó. 

El señor Wilmer recordó que el 22 de mayo se hallaron los restos de Wilmary. Sin embargo, su entrega en Medicina Legal a la familia tardó 99 días.

“Duró exactamente 99 días, desde el 22 de mayo que se encontraron los restos hasta el 29 de agosto. El mismo 29 que me entregaron los restos yo me los traje para Venezuela y el 31 le dimos cristiana sepultura”.

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Sobre el dictamen forense preliminar, Wilmer confirmó que la joven fue víctima de una muerte violenta.

“Fue una muerte violenta con trauma cortocontundente y golpes contundentes a nivel de la mandíbula derecha y del escapular derecho. Esos golpes pudieron haber sido con un tubo, con un bate, con un garrote y el trauma cortocontundente con un machete o un hacha”, explicó. 

Hoy, Wilmer Guerra insiste en que “su único objetivo es que haya justicia”.

“Yo lo que quiero es justicia, yo no quiero venganza. Lo único que estoy pidiendo es justicia. Hice la diligencia y le pasé una correspondencia al comandante general de la Policía, Edwin Urrego, solicitando que activen mecanismos de búsqueda, incluso incluir al sospechoso en la lista de los más buscados. Eso funciona porque la población se entera y ayuda a dar con el paradero de los responsables”, aseguró a este medio. 

El papá de Wilmary finalizó haciendo un llamado a las autoridades competentes a que “no se olviden del caso”.